22 de enero de 2007

Si flota es una bruja!

Asistimos hoy en día a la criminalización de los videojuegos, abundan las noticias de juegos censurados en diferentes partes del mundo por su violencia explícita, ya que, según algunos, pueden provocar conductas violentas en los niños.

Sin embargo, según algunos psicólogos y pedagogos, los niños son capaces de diferenciar que la animación –los dibujos animados- son ficciones y, por lo tanto, no se puede emular lo que sucede en una serie de dibujos; de la misma manera el mecanismo se reproduce en los videojuegos.

No voy a entrar en la cuestión de lo absurdo de juzgar como causantes de la violencia entre la infancia y juventud a los videojuegos o a Naruto, porque simplemente me parece un absurdo. Desde tiempos inmemoriales se han demonizado a diferentes expresiones culturales, bien porque en una determinada época suponían un peligro para el poder establecido, o bien por el desconocimiento para ciertas clases de personas.

Frederic Wertham, del que hablaré más adelante también, fue abogado de Albert Fish, un hombre acusado de asesinar a 15 niños. La familia de este personaje tenía una largo historial de enfermedades mentales de todo tipo, alcoholismo e hidrocefalia. Sin embargo Frederic Wertham, que trabajaba junto al abogado, en la defensa de este asesino alegó que su cliente sufría de una demencia provocada por la lectura de literatura sádica. Entre su colección de novelas se encontraban algunos clásicos como Edgar Allan Poe. Puede parece un caso extremo, pero en su época no resultó tan extraño. Hace algunos años presenciamos un caso similar en España con el asesinato de un hombre que esperaba al autobús, a manos de un psicópata que daba la casualidad de que tenía entre sus aficiones jugar a rol.

Desde tiempos inmemoriales centenares de libros han sido prohibidos, incluso quemados. El cine se ha demonizado como cualquier otra expresión cultural, mientras que el que durante mucho tiempo fue permitido era pura propaganda política, como ejemplo el uso de reclutamiento que se dio de él en Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.

Pero volcamos a Frederic Wertham. Tras la defensa del señor Fish, el pobre asesino de niños loco a causa de Poe, Wertham publicó un libro titulado “The seduction of the innocent” en el que culpaba a la cultura popular de los males del mundo, pero sobretodo culpaba a los comics, nidos de vicio y perversión.

Entre sus teorías abundaban la aparición de desnudos de forma oculta, como en los brazos musculazos de héroes o en cortezas de árboles donde se podían percibir la silueta de mujeres desnudas, no solo la homosexualidad de Batman y Robin, sino que además el primero era pedófilo; y que Wonder Woman en realidad era una alusión al masoquismo y el bondage.

Todo ello en el contexto de la fiebre mccarthysta y la ‘caza de brujas’ en Hollywood, unido a una discurso apocalíptico de un experto psiquiatra hizo que la opinión pública pusiera su ojo sobre los tebeos.

Si bien es cierto que no solo fue Wertahm el instigador de la lucha contra los comics, sino que la situación política y social propiciaba mucho el revuelo. En la década de los 40 apareció el primer Comics Code, un baremo que determinaba que comics eran buenos y cuales no y, bajo el cual, debían salir todos los tebeos editados en Estados Unidos. Algunos de los preceptos:

  • Los crímenes nunca debían ser mostrados como una forma de crear empatía con el criminal, para promover el desacato a las fuerzas de la ley y la justicia o inspirar a otros a imitar a los criminales.
  • Si el crimen es representado deber ser mostrado como sórdido y como una acción desagradable.
  • Los criminales no deben ser mostrados como glamorosos o con posiciones sociales que puedan crear deseos de emularlos.
  • En todo caso el bien debe vencer al mal y los criminales deben ser castigados
  • Las escenas de excesiva violencia serán prohibidas, presencia de excesivas o innecesarias armas, agonía física, serán eliminadas.
  • Ningún comic podrá usar la palabra horror en su título
  • No puede mostrarse la homosexualidad
  • Las escenas de horror, sangre, gore o crímenes, depravación, lujuria, sadismo, masoquismo están prohibidas.
  • La imagen de Satán solo podrá ser usada cuando se pretenda dar una lección moral.
  • Canibalismo, vampirismo, ghouls, hombres lobos, etc prohibidas.
  • Palabras o símbolos obscenos o vulgares prohibidos
  • Prohibidos los desnudos
  • Prohibidas las escenas de sexo explícito.
  • La desnudez de meretrices y posturas obscenas no estarán permitidas en la publicidad de ningún producto, los ropajes nunca podrán ser mostrados como una ofensa al buen gusto y la moral.

Podeis ver el texto original del Comics Code aquí

En definitiva todo lo divertido fue eliminado provocando una época muy oscura para los comics en Estados Unidos, donde las ventas descendieron trágicamente, a favor de la forja de un sector empresarial puritano que todavía lucha por curar las heridas.

A pesar de que el Comics Code no era de obligatorio cumplimiento, la mayoría de los distribuidores se negaban a trabajar con productos que no tuvieran su correspondiente sello, por lo que todas las editoras de comic tuvieron que aceptar la censura. Sin embargo para Wertham no era suficiente el Comics Code que, a su modo de ver, era bastante permisivo en su aplicación. Nada me extraña de un hombre que durante la década de los 50 promovió la quema de comics en grandes hogueras, probablemente se habría sentido más conforme con medidas inquisitoriales que con el Comics Code.

"The lack of respect for human life can begin in childhood in the comparative indifference to torture, mutilation, and death so rife in comic books. The comic books are obscene glorifications of violence and crime, of sadistic and masochistic social attitudes." Frederic Wertham, 1949



Según Scott McCourt

Hasta la actualidad el Comics Code ha sido revisado constantemente, en ocasiones para añadir medidas más permisivas, como la aparición de drogas en ellos. Sin embargo ha ido perdiendo fuerza y hoy en día solo se someten a él Archie Comics y algunas serie de DC.

Wertham se especializó en comportamiento criminal, pero especialmente en las cuestiones que ya, durante la infancia, pueden influir en el desarrollo de un criminal adulto. Wertham pensaba firmemente que todas estas expresiones de cultura popular poco interesadas en dar consejos morales eran una mala influencia para la infancia. Para el era lógico pensar que el ver comportamientos inmorales propios de delincuentes o pervertidos en un tebeo podría ser trasladado a la vida real por los lectores en un intento de emular a los personajes que admiraba.

Wertham fue uno de los psiquiatras de su época más mediáticos gracias a la publicación de sus libros. En 1941 escribe el primero de ellos titulado Dark Legend, la historia de un asesino de 17 años con gran cantidad de detalles escabrosos. El análisis de Wertham venía a decir que este adolescente vivia en una oscura fantasía influida por el cine, las radionovelas y los comics.

En realidad Wertham era simplemente un psiquiatra de su época influido por las teorías behavioristas, de modo que viéndolo en contexto no es del todo extraño que llegara a una serie de conclusiones. Lo increíble de todo es que pasados más de 50 años de los acontecimientos hoy en día existan gran cantidad de colectivos y medios de comunicación que apoyen este tipo de ideas sobre, ya sean los libros, el cine, el rol, los videojuegos, y no me refiero solo a comunidades cristianas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que era Roberto Carlos, que antes de ponerse a jugar a futbol cantaba "todo lo que me gusta es inmoral, es ilegal, o engordaaaaaaaaa"

Por cierto se está pensando en crear una ley que penalice la negación del Holocausto. Igual es un buen tema.

Ah el referente gay pedofilo por excelencia y patrio es Roberto Alcazar y Pedrín.

Estrellita Mutante dijo...

LA verdad es que el tema de la ley del negacionismo me parece un sinsentido. Pensaba que la libertad intelectual era otra cosa (dejando de lado lo que a cada borrico le de por pensar).
A nivel judicial es un absurdo penar a alguien por pensar o expresar una idea.
Me pregunto, ¿no hay nada interesante que hacer en la Unión Europea?.
Desde luego es una gran tema que daría para reirse de unos cuantos.