27 de septiembre de 2006

¿Qué quereis de merendar? Niño muerto y nada más

Uno de los últimos libros que he leído ha sido de la colección Valdemar, fantástica donde las haya, titulado "Imágenes del mal", en el cual en uno de sus ensayos se hablaba de la figura del niño en relación con la maldad, muy interesante por cierto (de Fernando de Felipe, aún estoy por descubrir si se trata del dibujante). En la introducción menciona a Jonathan Swift para justificar muchas veces como el infans terrible (vete tú a saber si lo he escrito bien) incluso llega a ser merecedor de la muerte.



El caso es que escuché hablar sobre este esrito ya hace mucho tiempo, pero me fascinó. Una modesta proposición:Para prevenir que los niños de los pobres de Irlanda sean unacarga para sus padres o el país, y para hacerlos útiles al público es su título y es donde este escritor con brotes anarquístas, a pesar de pertenecer al clero (la iglesia ya no es lo que era), da un claro ejemplo de la sátira, al estilo de Thomas de Quincey en el "Asesinato considerado como una de las bellas artes " u otro de los grandes como Ambrose Bierce.

Este es el gacho en cuestión

La idea del texto era proponer una solución absurda para el problema del hambre en la Irlanda de la época, donde la tasa de natalidad era enorme, a pesar de que los niveles de pobreza eran muy significativos. Era usual que algunos hijos de la famillia muerieran, en parte por la falta de aliemtos, en parte por problemas médicos, debido a las condiciones insalubres en las que vivian.

LLega a su propuesta bajo premisas tan lógicas y a la vez absurdas (aunque muy divertidas) como: "Me aseguran nuestros comerciantes que un muchacho o muchacha no es mercancía vendible antes de los doce años; e incluso cuando llegan a esta edad no producirán más de tres libras o tres libras y media corona como máximo en la transacción; lo que ni siquiera puede compensar a los padres o al reino el gasto en nutrición y harapos, que habrá sido al menos de cuatro veces ese valor".

Jonathan Swift era un genio de la sátira, con una prosa excelente, como De Quincey, sin embargo ambas obras en su época fuern mal vistas porque muchas personas no entendían la sátira, incluso llegaban a pensar que el uno proponía realmente que se comieran niños y el otro defendía el asesinato como algo en relación con la virtud de saber hacerlo correctamente. Este tipo de reacciones recuern tanto a lo 'politicamente correcto' que da hasta repelús.

Sobre la tumba de Swift la inscripción reza: "Aquí yace el cuerpo de Jonathan Swift, D., deán de esta catedral, en un lugar en que la ardiente indignación no puede ya lacerar su corazón"

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