9 de enero de 2008

"Ladrón que roba a ladrón" (Bottle Rocket, 1996)

Me cuesta horrores ir al cine por dos motivos, uno: es caro, y dos: en mi ciudad solo hay multisalas en las afueras de la ciudad. Si, ya se que tiene sus ventajas, mejor sonido, desde luego, algunas salas enormes y proyecciones digitales. Vale, pero normalmente las películas que yo quiero ver son proyectadas en las salas más infectas, la número 14, pequeña y con olor a humedad y una pantalla hecha con la camiseta de un tio gordo. Con suerte estás solo en la sala, pero en ocasiones algún cabeza-hueca adicto al centro comercial se cuela pensando que iba a ver '¿Colega, donde está mi coche?', ante la decepción se pasa la película hablando con su novia y/o amigo (y no me refiero al fía en que llevé a mis amigos a ver la peli de Elmo y todos aquellos niños gritaban colocados por el exceso azucar de las gominolas).

Hecho de menos las antiguas salas en las que la cortina roja se corría mientras comenzaban a salir los logotipos de productoras y distribuidoras grandes. Cinecito marca sin duda la caída de las salas de cine.

El caso es que, finalmente, no fui a ver Viaje a Darjeeling, espero solucionar eso este mismo fin de semana. Pero mientras tanto he visto la primera película de Wes Anderson para calmar el mono. 'Ladrón que roba a ladrón' es un película de 1996, como continuación/ampliación del corto homónimo de 1994.



Muy en la línea de Anderson esta película cuenta la historia de tres amigos en su ridícula carrera por convertirse en ladrones. Naïf, ingénua y surrealista como el resto de sus films, cuenta con diálogos que sacan más de una sonrisa y una historia de amor que, de ahora en adelante, la podré en mi top de las 5 mejores historias de amor, junto al maravilloso e inclasificable romance entre Adam Sandler y Emiliy Watson en Punch Drunk Love.

El guión está escrito por el propio Anderson en colaboración con Owen Wilson que fue co-creador del guión de las tres primeras películas de Wes Anderson, además de aparecen como actor en prácticamente todas ellas, así como su hermano Luke Wilson, convirtiéndose ambos en actores fetiches del director.
La película en general es maravillosa: diálogos geniales, una buena banda sonora, esa especie de realismo mágina made in usa... Si alguna vez dije que Wes Anderson era pretencioso, me retracto.
Veredicto: 4 Chtulhufantes

5 comentarios:

John Trent dijo...

1.No puedo con Wes Anderson.

2. Ya estoy harto de quejarme de lo mismo que te quejas tu (en cuanto a los cabezas-huecas). Ya he optado por ir solo al cine entre semana, y cuanto más pronto la sesión, mejor. Lo malo es que, a veces, ni siquiera así esto te garantiza que no se colara algún ser de esos. Estan acabando con el cine. Ellos y sus putas palomitas.

Estrellita Mutante dijo...

1. No se porque ya me lo imaginaba

2. Al menos en eso si coincidimos, aunque a mi me gustan las palomitas, en voz bajita, eso si ;)

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

¿Y el olor de los cines de antes? Eso sí que era bueno.
Si alguien sabe de algún cine en Madrid en el que todavía huela así, que me lo diga, porfa.

Estrellita Mutante dijo...

Si, ese olor de moqueta pringosa por el paso de los años, ay!. En mi ciudad hace ya unos años que cerraron el último que quedaba de esos, incluso tenían un cuadro de la última cena en el que los personajes eran estrellas de Hollywood antiguas.

Mycroft dijo...

La escena en que suena love again or es sencillamente perfecta.