6 de noviembre de 2008

La culpa

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"Cada vez que la suerte les es contraria, o sea siempre, los judíos aducen que es Yahvé el que les ha castigado, bien por su impiedad, bien por haber infringido las leyes que él les dio. Estas leyes, en su origen, eran pocas y consuetudinarias: no matar, no robar, etcétera. Pero andando el tiempo, a su dios le entró una verdadera manía legislativa y en la actualidad el cuerpo jurídico constituye un galimatías tan inextricable y minucioso que es imposible no incurrir en falta continuamente. Debido a esto, los judíos andan siempre arrepintiéndose por lo que han hecho y por lo que harán, sin que esta actitud los haga menos irreflexivos a la hora de actuar, ni más honrados, ni menos contradictorios que el resto de los mortales".

'El asombroso viaje de Pomponio Flato', Eduardo Mendoza

Da en el clavo...

7 comentarios:

FAC dijo...

A mí me gusta mucho todo lo que escribe este hombre, y me gusta que vaya alternando libro serio con libro de risa.

Sólo espero que siga por muchos años.

Roski dijo...

La culpa de todo lo tiene el "Libro de Job"... aunque sea uno de los mejores de la Biblia (es hasta entretenido)

Job es el espejo en el que se miran desde hace milenios. Y eso no puede ser bueno: sólo conduce al sufrimiento.

Anónimo dijo...

Según cuentan, a Bertrand Russell -o bien a Winston Churchill, según la fuente de la anécdota; igual da, se non e vero...-, en cierta ocasión le preguntaron que qué opinaba de los alemanes (eran los tiempos anteriores a la Segunda Guerra Mundial). Y fuera quien fuera que contestó, lo hizo con una frase que resume muy bien mi postura ante este tipo de generalizaciones: no lo sé, no los conozco a todos. Apliquen lo mismo a los judíos, ante generalizaciones tan banales como la de la entrada y los comentarios que la celebran. Por cierto, este tipo de generalizaciones despreciativas frente a los judíos tienen un nombre: antisemitismo, o judeofobia. Y otra cosa: yo soy judía y, como tal, conozco a unos cuantos de mis correligionarios, quizá más que ustedes o que el mismo Mendoza. Y si algo he encontrado en común entre ellos es, justamente, el que no tengan -no tengamos- entre sí nada en común. Estrellita, te tengo por una persona inteligente: matiza tu opinión, por favor, y dime a qué te refieres con eso de "da en el clavo", porque a primera vista me estoy llevando una decepción terrible...

Anónimo dijo...

Según cuentan, a Bertrand Russell -o bien a Winston Churchill, según la fuente de la anécdota; igual da, se non e vero...-, en cierta ocasión le preguntaron que qué opinaba de los alemanes (eran los tiempos anteriores a la Segunda Guerra Mundial). Y fuera quien fuera que contestó, lo hizo con una frase que resume muy bien mi postura ante este tipo de generalizaciones: no lo sé, no los conozco a todos. Apliquen lo mismo a los judíos, ante generalizaciones tan banales como la de la entrada y los comentarios que la celebran. Por cierto, este tipo de generalizaciones despreciativas frente a los judíos tienen un nombre: antisemitismo, o judeofobia. Y otra cosa: yo soy judía y, como tal, conozco a unos cuantos de mis correligionarios, quizá más que ustedes o que el mismo Mendoza. Y si algo he encontrado en común entre ellos es, justamente, el que no tengan -no tengamos- entre sí nada en común. Estrellita, te tengo por una persona inteligente: matiza tu opinión, por favor, y dime a qué te refieres con eso de "da en el clavo", porque a primera vista me estoy llevando una decepción terrible...

Estrellita Mutante dijo...

!Qué facilidad para sentirse ofendida!. Me referia al sentimiento de culpa, no solo judio, sino también cristiano, que adolece tanto en sociedades como la española. Por desgracia, viví durante toda mi infancia y adolescencia -han de saber que era muy devota por entonces- bajo esta culpa. De ahí que el comentario me hiciera tanta gracia en el libro. Da en el clavo, porque habla del sentimiento de culpa, como forma de evitar tomar responsabilidades sobre ciertas cosas que nos parecen fuera de nuestro alcance.

Si bien existen ciertas generalizaciones sin ningún tipo de fundamento, si hay otras que tienen sentido, relacionadas con cuestiones culturales que caracterizan a un grupo determinado de personas, aunque no sean hechos que obligatoriamente definan a cada individuo del conjunto.

En cualquier caso, el contexto del libro es jocoso y no busca más que la risa y diversión.

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Hace poco salió un profesor universitario que afirmaba que la imposibilidad de reirse de un determinado colectivo, no hacía sino evidenciar la existencia de prejuicios.

A mi solo me hace gracia el antisemitismo si es un judio el que lo profesa.

Anónimo dijo...

>>>!Qué facilidad para sentirse ofendida!

Ya sabes lo que dicen de los gatos escaldados... Y quizá tengas razón, pero si lo piensas un poco verás que el contenido de la entrada y tu puntilla daban pie a ello, creo yo. De todos modos, tu puntualización pone las cosas más que claras, y creo que era necesaria, por eso te lo pedía. Gracias por hacerla: ya hace tiempo que te leo, como Perse o Werewolfie y ahora como Elizard Queen, y francamente, no te veía como antisemita ni mucho menos, pero me alegro de cerciorarme.

>>>Hace poco salió un profesor universitario que afirmaba que la imposibilidad de reirse de un determinado colectivo, no hacía sino evidenciar la existencia de prejuicios.

El humor depende muchas veces del contexto, y aquí la cita -y tu puntilla, como digo- carecen de él, con lo que no veo el humor por ninguna parte y sí, en cambio, una moralina con un tufo bastante antisemita, y que he visto repetirse, mutatis mutandis, en textos de conocidos judeófobos (en "Apocalipsis" de D. H. Lawrence, sin ir más lejos, hay algo de esto, con lo que Mendoza no me parece muy original en este aspecto). Hay muchos judíos que, en efecto, son grandes humoristas -Woody Allen quizá sea el paradigma, pero hay muchos más, especialmente en los USA, como pueden comprobar fácilmente-, y, en efecto, la capacidad de reírse de sí mismos y del colectivo al que pertenecen siempre ha estado ahí. Mi rabino, por ejemplo, acostumbra a contar algún chiste de judíos en la charla posterior a los rezos del shabbath, y reconozco que yo también soy aficionada a ese tipo de humor, incluyendo la autoparodia. ¿Prejuicios? Habrá quien los tendrá, pero no creo que sea el caso.

>>>A mi solo me hace gracia el antisemitismo si es un judio el que lo profesa.

No sé si has leído a Otto Weininger, pero gracia precisamente no es que me haga, ni su antisemitismo ni su misoginia. Lo cual no quita, dicho sea de paso, que lo encuentre un autor muy interesante en ciertos aspectos, y que he leído con bastante agrado... A pesar de lo dicho. Como digo, prejuicios los justos, y capacidad de sentirme ofendida... Pues a estas alturas, una ya está un poco curada de espanto, la verdad. Estas cosas sólo me suelen preocupar si vienen de alguien a quien conozco, aunque sea a través de la red... Por eso te agradezco de nuevo, Estrellita, que hayas aclarado tan bien tu postura; no esperaba menos de ti, y te doy la razón en lo que dices, que opino igual que tú. Venga, besicos y que conste que no me he molestado -igual he sido un poco seca, vale-, pero sólo porque eres tú ;)

Ah, y shabbath shalom!

sublibrarian of the year dijo...

Aheeemmmm... iba a hacer un comentario sobre vampiros y estrellas de David pero mejor me espero a que se baje el volumen del wifi.