"Una raza de alienígenas tecnológica e intelectualmente avanzados ha conquistado la Tierra. Su obsesivo interés por las matemáticas (y especialmente la probabilidad) sólo es superada por su avidez por la carne humana. Sin embargo, una vez conquistado el planeta no matan humanos sin ton ni son: con una crueldad infinita, los someten antes a retorcidos experimentos matemáticos, de modo que algunos humanos avispados y afortunados sobreviven, mientras que la mayor parte son engullidos con fruición.
Tú, querido y jugoso lector de El Tamiz, has sido capturado por los alienígenas, y despiertas en una pequeña celda en la que hay una mesa con tres cajas de acero, cada una con un pequeño agujero en el costado. Uno de los malvados alienígenas se encuentra al lado de la mesa y cuando te ve despertar sonríe maliciosamente, mostrando sus ocho hileras de afiladísimos dientes y babeando con profusión."
... seguir con el enigma.
6 comentarios:
Me ha recordado un problema que tenía de protagonistas a tres sabios, tres sombreros blancos y dos negros, que se les ponían en la cocorota al azar, y se les colocaba de tal modo que no podían verse el sombrero propio, pero el último de la fila podía ver los dos de delante, el de enmedio el delantero, y el de delante nada... ¡Y era el que ganaba, sin trampas, sin mirar y sin que nadie dijese nada! ¿Cómo? Ah, elemental, querido Watson...
En cajas, siempre me ha gustado más tener gatos vivos y muertos a la vez, tal como afirmaba Schrödinge, y del cual veo que también se habla en este blog. Le seguiremos la pista, aunque a veces me planteo si ese adummiamiento de la ciencia no la pervierte y la convierte en algo que al final no es. Dudeo...
¿Por qué tenía un espejo delante?.
Que quiere que le diga, Higronauta, si no fuera por eso dificilmente yo podría saber nada de ciencia, y aún así se bien poco.
No, si estamos en la misma situación. Si un servidor no se hubiera agenciado un librucho de treinta páginas de los años setenta que "desglosaba" la teoría de la relatividad a nivel amebáico, quizás aún todavía no la entendiera. Otra cosa es lo que dudeada: si ese conocimiento adquirido sobre la materia es calificable (o aproximativo) al trabajo de Einstein.
La cuestión es la profundidad de conocimiento necesario para cada persona. Quizá a mi me baste con saber a grandes rasgos que es la ley de la relatividad y que supone en general para el conocimiento humano. Otra cosa que me interesa menos es el concimineto técnico exhaustivo, por ejemplo, la demostración en fórmulas de tal teoría. No me interesa, entre otras cosas, porque no entendería ni papa.
Estrellita: no, no usa un espejo. Ya decía que la cosa no tiene trampa. El problema se resuelve teniendo en cuenta que cada uno de los sabios calcula las posibilidades en razón a lo que ve, y teniendo en cuenta que los demás hacen lo mismo...
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