9 de enero de 2008

Erotic stereoscopic

Hay dos objetos que he heredado de los miembros más anciano de mi familia de los que me siento especialmente orgullosa. El primero es un espectacular tapiz que representa una escena de la Boheme y el segundo es un estereoscopio que adquirió mi tia bisabuela cuando fue a visitar las cataratas del niegara en la década de los 30.



Mi esteroscopio en concreto fue realizado en Nueva York en la primera década del siglo pasando y viene con una extensa colección de fotografías de escenas que debían ir en el mismo paquete y otras, mucho más modernas, que muestran monumentos de todo el mundo.



El funcionamiento del estereoscopio es muy sencillo, aunque las dos fotografías que se ponen en la parte delantera parecen idénticas, en realidad no lo son. La misma fotografía se saca desde dos ángulos ligeramente diferentes, de modo que cada una de las fotografías muestra una información visual diferente. Vistas a través de las lentes las dos imágenes se superponen añadiendo una información a la otra. Es muy similar al proceso de visión del ojo humano, y las dos perspectivas son similares a las que nos ofrecen cada uno de nuestros ojos.





Las imágenes que más me gustan de mi colección son sin duda las escenas, pequeños microrelatos en los que, por ejemplo, vemos a una mujer que ha pillado a su marido en la cama con otro o un ladrón escondido en una casa al ser sorprendido por la inesperada vuelta de los propietarios. Ya por entonces la fotografía tenía la intención de contarnos historias y, en el estereoscopio, eran muy impactantes por la tridimensionalidad de las mismas, que nos hacían creer que, de un momento a otro, las personas de la escena iban a moverse. Ya sabíamos como iban a acabar las historias, desde luego, pero era solo nuestra imaginación la que nos contaba ese final.



Desde que leí una historia de la fotografía erótica editado por la Taschen veo que mi colección está incompleta, pues con el nacimiento de este invento, aparecía la posibilidad de ver a las señoras desnudas, pero en tres dimensiones. Este tipo de fotografía tuvo gran éxito en el formato estereoscópico, evidentemente, durante la primera y segunda década del siglo, por lo que me parece rarísimo que no haya nada en eBay. Si alguien sabe donde puedo conseguir alguna de estas fotografías, por favor, que me lo comunique.

8 comentarios:

Pussy Galore dijo...

Encantador. En estos dias de fiebre digital, rescatar estas cosas es lo que hay que hacer. Voy a desempolvar mi Polaroid.

E. Martin dijo...

En la exposición de fotografías históricas que ha habido en la sede madrileña de Telefónica (no recuerdo el nombre del autor) había una estreroscópica erótica.

Estrellita Mutante dijo...

Pussy, buena idea, yo desempolvaré mi Super 8, y luego la pondré en una vitrina, porque ya no sirve más que para hacer bonito.

E.Martín, que mala suerte he tenido, la última vez que fui a Madrid fui a la Telefónica, pero había una exposición horrenda sobre arquitectura, un truño vamos. No sabía que usted era de ADLO, siempre suele venir alguno de sus 'compañeros' a las Jornadas de Comic de Castellón, vaya por dios!

Mondo Gitane dijo...

y yo mi Thorens de correa circa 1957. Y que vivan los suizos.
Qué lindo artilugio, cómo la envidio.

Higronauta dijo...

Hace a penas unos días pude contemplar una bonita colección de éstos en el museo de cine de Girona. En cuanto a su petición, lo más que he encontrado han sido fotografías para el 'parato de temática erótica, pero harto contemporáneas.

Möbius el Crononauta dijo...

Menuda delicia. ¡La envidia me corroe!

E. Martin dijo...

Tuve mucha suerte y mi excursión National Geographic al Expocómic coincidió con unas cuantas exposiciones molonas (aparte de los museos habituales de la zona).

Súper Crítico dijo...

Mi tatarabuelo también trajo un souvenir de Cuba en un viaje que hizo allá a finales del siglo XIX: mi tatarabuela. A mi padre a veces le dejaban jugar con los hijos legítimos del señorito pero a mí todavía me llaman “café con leche”.