Si bien disfrute bien poco de los conciertos del FIB desde nuestro magnífico altiplano, pasé todo el sábado en una terracita de la playa ingiriendo tintos de verano y viendo como los fibers ingleses ardían bajo el sol y se llevaban futuros cánceres de piel a sus casas.
Sin embargo el ver como la mañana se convertía en noche y de nuevo en día sostenida a base de alcohol hoy cobra su alto precio. Mareo estomacal que no ayuda para nada a la paradoja laboral de que cuanto más se acercan las vacaciones, y por tanto menos ganas de hacer nada, más trabajo tienes.
3 comentarios:
Ánimos: antes que tenga consciencia de ello, ya estará en casa descansando.
Y una recomendación: repase el resacón que sufre Gregory Peck en Mi desconfiada esposa, tan real y tan doloroso, que, o bien considera su malestar una nimiedad en términos comparativos, o bien, simplemente, se crea un lazo de empatía que le solivianta los efectos.
Cuente, cuente, vio usted a Os Mutantes?
Gran recomendación, Higronauta. Desde mi más tierna infancia mi abuela me aficionó a este tipo de películas. A ambas nos enamoró Gregory Peck.
Amiga Pussy, desgraciadamente ni siquiera estuve dentro del recinto. Desde la montaña solo se puede ver el escenario verde, aunque a mi era el que menos me interesaba. El cartel de este año era un poco decepcionante, de modo que esperaré al del año que viene, aunque sino siempre queda la montaña (de la que hablaba hace 1 o 2 posts).
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