Cualquiera que viva o haya vivido en Castellón lo suficiente conoce Barrachina y conserva un recuerdo de este local dedicado a rescatar aquello lisbros, tebeos o revistas que ya nadie quiere o recuerda.
Encontrar algo entre las pilas de papel es casi imposible, pero la aventura en si ya vale la pena.
Barrachina recuerda el valor de la lectura:
Siempre a la última, Barrachina mola mazo:
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