23 de marzo de 2007

Ves una tortuga boca abajo en el desierto....

El otro día veía con unos amigos Galactica, Estrella de Combate, supongo que por el efecto de los porros comencé a reflexionar sobre el papel de los robots y ciborgs en el cine de ciencia-ficción.

En esta serie, para quien no la haya visto, los humanos han sido casi aniquilados por unos robots que ellos mismos construyeron, y que se han vuelto contra sí mismos. Si bien es cierto que la historia en si no es muy original y la hemos visto tantas otras veces (y lo que nos queda), la idea de una invasión robot no es un mero recurso para generar miedo en la película. Como trasfondo a este tipo de creaciones encontramos los miedos reales de la humanidad.


Digamos que en películas como La invasión de los ultracuerpos lo que más miedo nos da es caer en la garra de esos seres extraños y ser suplantados por ellos. Aún así, ese miedo que viene del espacio exterior, es algo alieno al ser humano y por tanto, incontrolable. En parte por lo desconocido, en parte por el miedo de sentirse solo en un universo repleto de estrellas y planeta, el ser humano siempre ha percibido en el cine a los seres de otros planetas como amenazas potenciales, y pocas veces como posibles amigos. Pero es que así somos los humanos: recelosos y desconfiados.
Las vainas esas eran una de las cosas que más mal rollo me daban

Sin embargo el tema robots es muy diferente, porque es el mismo hombre el que ha creado la máquina. El ser humano se cree (y es) imperfecto, lleno de pecado, por tanto su creación también lo es, es por ello que en el cine se nos presetan a los robots que se han sublevado como formas de existencia corruptas.

Los cylons en Galáctica, y los robots de Matrix, persiguen a los humanos para destruirlos, o para usarlos en su propio beneficio. Quizá los primeros son más divertidos, fervientemente creyentes en un dios monoteista, frente al politeismo de los humanos (notesé este matiz de gran interés), los cylons representan al dios solar. Más que creyentes, fanáticos, para ellos el fin justifica los medios , y en el camino quieren destruir a la humanidad entera para cumplir el mandato de un dios supremo.

El único juego donde matar a tu vecino es lícito...además de divertido

En la serie Galáctica, durante una conversación una cylon le dice a Baltar que el hombre fue la gran creación de Dios, pero este, desagradecido y mezquino, no le había escuchado. Los cylons ven al hombre como el gran pecador ante los ojos de Supremo y a sí mismo como los redentores, aunque los caminos del señor son inexcrutables.

Si, chicos, todo esto por el 'sentimiento de culpa judeo-cristiano'. Y si no teneis, !a ver más películas de Bergman, pero yá!

Pero nos olvidamos de una cosa básica en los robots en la ciencia ficción, que es lo que los hace tan atractivos (y no es que los interpreten actores/ices buenorros/as), en muchas de estas películas, el robot aspira ser un humano, o parecérsele al máximo.

Dos modelos de cylon mujer. ¿Por qué los cylons modelos masculinos dejan tanto que desear?. Nota para acercar a un público femenino a la sci-fic

Los Nexus 6 en Blade Runner luchaban por no morir, ese deseo de vivir es lo que les hacia más humanos, su capacidad de sufrir, e incluso el no saber que eran máquinas. El ser humano es ególatra y piensa que la única forma de vida, y por tanto la mejor, en el universo, es la suya. Para nosotros, los animales son formas de existencia de segunda categoría, puestas en el mundo a nuestro servicio. Es por ello que el robot, como forma de biomimetismo, se parece a nosotros, o por lo menos el robot idealizado, como ASIMO, o tantos otros.

"He visto naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos-c brillando en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser", Roy. Yo es oirlo y me pongo tierna

La máquina, creada por nosotros, está de la misma forma a nuestro servicio, no en vano la palabra robot proviene del vocablo checo 'robota' que quiere decir 'servidubre', 'trabajo forzado' o 'esclavitud'. Pero aún así comprendemos que pueda llegar a tener el deseo de parecerse a nosotros. Es lógico, el ser humano es lo más. Por ello le proporcionamos inteligencia artificial, pretendemos simular los sentimientos en las máquinas (sobretodo en la literatura, aunque tambien en el mundo real), pero no les daremos nunca el libre albedrio, que es, al fin y al cabo lo que nos hace humanos. No es el simple hecho de sufrir, sino de sufrir por las acciones que libremente hemos escogido.

¿A que viene ese empeño en crear robots con forma humanoide?. La robotización del trabajo ha resultado un revolución para la industria, pero en todos los casos, dichos robots en nada se parecen al ser humano, son más bien brazos, etc. Sin embargo estamos empecinados en crear robots que puedan caminar con dos piernas (lo cual resulta harto dificil por el problema del equilibro, ya uqe esta forma de movimiento necesita que el punto de equilibrio modifique su posición a cada paso). Todavía no está claro que utilidad le vayamos a dar a creaciones como ASIMO o similares, pero la cuestión es que lo lograremos crear, porque al ser humano siempre le ha gustado ser un poco dios.

El que la máquina pueda llegar a simular hasta ese punto al ser humano nor confunde e irrita, y por ello el desenlace siempre pasa por la aniquilación de los robots, la 'solución final'.

Sin duda es algo que nos asusta, tanto es así que Corea del Sur, uno de los países más tecnificados del mundo, ha lanzado un código ético que regulará la relaciones entre hombres y máquinas y tiene como objetivo que no haya abusos en ninguna de las dos direcciones.

"Imagínense si la gente tratara a los androides como si fueran sus mujeres”, ha apuntado Park Hye-Young, uno de los especialistas implicados en la normativa. “Otros podrían convertir el trato con la máquina en una adicción, parecida a la que provoca el uso excesivo de Internet"

El Poyecto Universidad del Milenio de las Naciones Unidas se formó con la intención de estudiar como hombre y máquina se relacionaran en el mundo del futuro, a través de un metodología prospectiva de creación de escenarios (que es una de las cosas que hago en mi trabajo).

A través de esta metodología se platean 4 escenarios diferentes, basados en estudio de tendencias. A través de la prospectica tecnológica, que implica un estudio en profundidad de la tecnología en la actualidad y, presupongo, que un panel de xpertos mediante encuestas Delphi, está gente situo como uno de los posibles escenarios en el año 3000 lo siguiente:

La ascensión y caída del imperio robot:
Los robots evolucionaron como los humanos y se volvieron filósofos, bufones, políticos, oradores, actores, maestros, acróbatas, artistas, poetas y pastores de los menos adeptos humanos. La sociedad tuvo un nuevo sistema de castas, y los humanos se convirtieron en una raza tolerada y de alguna manera menospreciados por las máquinas que pudieron desplazarlos y mejorarlos en cualquier medida de fuerza, vitalidad, velocidad y resistencia. El argumento más importante hecho en la aplicación de la tecnología genética para mejorar el desempeño de los humanos mental y físicamente fue “nosotros tenemos que mantenernos a la par con los robots”. Con los recursos escaseando, la selección natural y artificial comenzó a operar en una manera seria, distribuyendo los recursos disponibles entre aquellos entes que eran los más aptos para explotarlos, en su mayor parte, los robots. ¿Cómo pudieron los humanos retomar el control? La respuesta fue usar la ingenuidad humana, la creatividad, ocultismo, dedicación y distracción. Tomó algún tiempo, pero funcionó. Esto al final comenzó a estabilizar la población de robots.


Aunque podría ser divertido y a alguno de nosotros nos hace gracia, es muy dificil usar prospectiva, incluso la tecnológica, a tan largo plazo. Por otro lado la metodología de escenarios no tiene como objetivo hacer 'predicciones ' de futuro, sino plantear posibles situaciones para crear planes de respuesta efectivo. Por lo que me pregunto, ¿tendrá Naciones Unidas un plan secreto para combatir al imperio robot?

!BIENVENIDO AL MUNDO DEL MAÑANA!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta tu puto blog

Anónimo dijo...

Los dioses de la biomecánica son los únicos verdaderos.

Roy, para los amigos.

Estrellita Mutante dijo...

Me implanteré un brazo biomecánico y me haré llamar Llanera de tierras baldías (pero en inglés que seguro que suena más chachi)