18 de enero de 2007

Atack of the mutant tomatos

Hace un par de meses asistí a una conferencia del biotecnólogo Lee M Silver en Madrid. Este biólogo, profesor de Princetown, ha escrito varios libros de los cuales Remaking Eden ha sido traducido al castellano, su último libro pronto llegará a España (Challenging nature).

Durante la conferencia tocó los puntos principales de su último libro, por lo que espero impaciente que lo editen, pues su perspectiva sobre el asunto de la biotecnología me pareció muy interesante. Paso a hacer un breve resumen de su exposición, en la que seguro que terjiversaré sus palabras a mi antojo, pero quien quiera buenas fuentes que se compren el libro o lea una revista de ciencia:


El 53% de la masa terrestre mundial se usa para dar alimento y cobijo al ser humano, en la actualidad apenas quedan ecosistemas que hayan permanecido intactos desde la aparición del primer hombre en la tierra. Al ritmo en que crece la población humana la explotación agrícola de los terrenos se hace insostenible.


Frente a aquellas personas que creen que la naturaleza es sabía y pondrá las cosas en su sitio, Lee. Silver planteaba que a la naturaleza le importan un pepino las plantas, los animales o los seres humanos, no es un ente consciente y no deberíamos esperar a que ella resolviera los problemas del hombre. Por ello que la biotecnología se muestra como una forma competente y racional de resolver este problema del ser humano.


Por una lado plantea una dilema moral, ¿puede el hombre actuar como dios? Desde su postura ateo (me gustan los estadounidenses ateos) Lee M. Silver quita hierro al asunto y planeta que la biotecnología no es como la imaginamos. Frente a las personas que creen que la biotecnología es un invento del siglo XX que se desarrolla en los laboratorios de tecnología punta, Silver presenta una historia de la biotecnología que tiene sus raíces mucho antes.


Para él la revolución agrícola marca el punto de inflexión donde se pueden buscar los principios de la biotecnología, pues ya entonces el ser humano fue conscientemente capaz de modificar genéticamente tanto animales como plantas.


Por ejemplo extrajo el tomate de una mata de la familia de la venenosa belladona, en Asia Meridional produjeron una tipo de bananeras a raíz de dos plantas no comestibles diferentes, los frutos de este árbol estaban tan sobrecargados de ADN que no eran capaces de producir semillas y eran totalmente estériles. La domesticidad de los animales se define como modificación genética del comportamiento, así como las mal llamadas ‘razas’ de los perros son modificaciones genéticas; hoy en día es difícil comprender como un caniche y un rotwailer provienen del mismo animal.


Para el pues el origen de la biotecnología se remonta a hace unos 8.000 a 12.000 años, a finales del último periodo glacial de manera independiente en diversas partes del mundo (siguiendo las teorías del científico Fedoroff)


Hasta aquí pretende demostrar que la biotecnología y la manipulación genética es algo que se viene practicando durante tantos años como casi tiene el ser humano, si bien lo que llamamos parajes naturales poco tienen que ver con lo que originalmente eran esos terrenos antes de que el hombre pusiera su pie encima.

Es el momento en el que Dios entra en juego. Según el las personas espirituales ‘aculturadas’ (el uso del término es muy discutible, quizá se refiera a sin educación) en Occidente tienden a creer en el principio abstracto de que los seres humanos no tiene derecho a asumir el trabajo de Dios o de la Madre Naturaleza.


Michael Sandel, miembro del consejo bioético de Bush afirma: “La ingeniería genética representa la aspiración de Prometeo de reconstruir la naturaleza humana, para que sirva a nuestros propósitos y satisfaga nuestros deseos. Pero no todas las cosas del mundo están abiertas a cualquier uso que podamos desear o concebir. El problema de la ingeniería genérica reside en la arrogancia de los maquinadores”.


A lo que alega que según las encuestas realizadas en EEUU la gran mayoría de la gente opina que la modificación del ADN debe de estar en manos de Dios, una pequeña parte dice que en nadie y otra minúscula en los padres. Sin embargo al ser preguntados sobre que modificarían en sus hijos previamente al nacimientos todos opinan que las enfermedades y la inteligencia en segundo lugar. ¿No debería esa misma opinar que nada?
Por otro lado alega con la respuesta de JBS Haldane en 1923: “el inventor físico o químico siempre es un Prometeo. No hubo ni un solo gran invento, del fuego a los aviones, que fuera considerado un insulto a algún dios. Pero si todo invento físico o químico es una blasfemia, todo invento biológico es una perversión”.

Lee Silver plantea la biotecnología como una disciplina que, usada juiciosamente, sería capaz de ayudar al hombre a solucionar gran cantidad de problemas con los que se encuentra en la actualidad, y que todavía serán mayores en una futuro. Plantea los problemas básicos con raíces culturales e ideológicas sobre el rechazo hacia esta ciencia. Pero a su vez presenta ejemplos tan monstruosos como que una vaca pueda producir leche materna humana para bebés.

Y no profundiza en el concepto de la modificación genética del ser humano, tema alrededor de l que se postulan todos los libros sobre post-humanidad (¿Qué porque es peor modificar el ADN humano que el de los animales domésticos o las plantas vete tu a saber?), aunque eso da para un capítulo aparte.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo prefería a los dioses de la biomecánica.

Estrellita Mutante dijo...

Precisamente habla de eso lo del hombre post-humano. Los implantes biomecánicos ya son una realidad:
Amal Graafstra
artículo: http://www.vsantivirus.com/mm-implantes.htm
Fotos del implante: http://www.flickr.com/photos/28129213@N00/sets/181299