Tonterías a parte voy a usar este acontecimiento para hablar de un tema que viene a cuento y que siempre me ha producido una tremenda fascinación, sobretodo desde que conocí a José Guadalupe. Este chico mejicano procede de la zona de los purepechás, una de las regiones donde el culto a los muertos tiene más fama. Me contaba las fiestas llenas de calaveras de mazapán, teatralizaciones de las ofrendas humanas, los niños jugando a fingir su propia muerte, etc. y todo aquello me encantaba.
El origen del Día del los Muertos
Aunque el origen del Día de los Muertos (que no es una película) es incierto, la mayoría de estudiosos coinciden en que ya alrededor del año
Sin embargo el origen de la celebración puede verse con mucha más anterioridad, desde siempre los pueblos mal llamados ‘pre-hispánicos’ han celebrado el momento de la muerte. Dentro del calendario de los grupos Nahuas del altiplano central, había por lo menos seis fiestas dedicadas a los muertos, como la fiesta de los muertitos, muerte de los infantes, y la de los muertos mayores, adultos.
Mictlantecuhtli era el dios de los muertos
El concepto de la muerte
El proceso de la muerte es de suma importancia en esta celebración, cuando una persona moría debía realizar una camino que le llevara a su destino final. Este viaje duraba cuatro días, el caminante tenía que viajar ente dos montañas que amenazaban aplastarlo y ahí tenía que escapar de una serpiente y de un cocodrilo; después de librarse de estas fieras, seguía su comino y cruzaba ocho desiertos, subía ocho colinas y soportaba un viento helado que le arrojaba piedras y cuchillos de obsidiana, debía cruzar un río ancho sobre el lomo de un perro rojo (Itzcuintle); pero este perro no debería tener manchas en la piel, por que las manchas indicaban que el perro ya había encaminado a otros muertos, por eso es que en algunos lugares se enterraba un perro junto al muerto. Finalmente al llegar a su destino el viajero ofrecía obsequio al señor de la muerte "Micltantecúhtli", éste lo enviaba a una de las nueve regiones que existían en ese lugar, el muerto permanecía ahí un periodo de prueba de cuatro años, en nueve lugares antes de continuar su vida en el Mictlán.
Esta capítulo de Los Simpson es una parodia de un número de Animal Man (es igual) y a la vez remite a las tradiciones mejicanas de la ingesta del peyote. En este viaje aperece el perro Itzcuintle.
El Mictlán es el lugar de los muertos o descarnados que esperan como destino más benigno los paraísos. El Tlalocan, paraíso de Tláloc, donde reinaba el verano eterno, dónde iban las almas de quienes su muerte de alguna forma se asociaba con el agua, como pulmonía, resfrios, ahogados, hidrópicos, par rayo o por cualquier otro mal hídrico. Ahí disfrutaban eternamente nadando y consumiendo comidas exquisitas. El Chichihualco (en la casa de la leche), Allí residían las almas de los niños pequeños. Se alimentaban del Chichiuahuitl o árbol de la leche. Solamente los guerreros muertos en combate y las mujeres en el parto adquirían la calidad de estrellas para acompañar a Quetzalcoatl a sus recorridos celestes.
El como iba a pasar la persona el resto de su existencia no terrenal lo determinaba su forma de morir, y nos las acciones que había realizado durante su vida, de esta forma un dicho popular es: "dime como mueres y te diré como eres".
El concepto original de muerte que subyace en estas celebraciones se relaciona con el concepto cíclico de vida, de transcurso temporal. La dualidad vida y muerte representa el retorno a la creación, una vez muerto, el cuerpo y el alma es devuelto a los dioses dadores de vida. La persona vuelve a formar parte del todo creador del universo, y su muerte deja paso a los próximos, a su prole. Por ejemplo, los sacrificios humanos se consideran como el tributo que los pueblos vencedores pagaban a sus dioses, y ellos a su vez alimentaban la vida del universo y a su sociedad. La vida implica la muerte y la muerte la vida, lo comparan con la cosecha, una vez recogido el maíz, muere la planta, pero queda su semilla, que continúa el ciclo.
Lucas Arts también te desea un feliz Día de los Muertos
¡Y entonces llegaron los españoles!
Los sacerdotes cristianos para lograr la reconversión de los pobladores americanos se adueñaron de diversas tradiciones y las cristianizaron, modificaron algunas mediante propaganda, compararon el Mictlan con el infierno. Difundieron su concepto terrible y tenebroso de la muerte, el miedo a la misma, que sobrevivió con fuerza hasta el siglo XVII, momento en el cual comenzó a recuperarse en cierta forma el significado original.
Otorgaron una fecha cristiana para la celebración y la llenaron de la simbología propia, la guadaña, los cementerios, las cruces, etc. forjando la tradición sincrética que hoy sigue celebrándose en todo Méjico.
En la actualidad, el día de muertos se celebra principalmente poniendo altares en las casas para los seres queridos de la familia- parientes, amigos, personajes públicos- pero también se tienen otras tradiciones que con el tiempo se fueron incorporando a esta festividad. Algunas familias visitan el cementerio y comen sobre la tumba, acompañados por el alma de su difunto, les llevan flores y limpian la tumba, los que pueden, acompañan la comida con un conjunto norteño o mariachi. También es popular el uso de “calaveritas”, versos dedicados a personas públicas o personajes del imaginario popular, en tono de sátira o burla. El hacer calaveritas para los seres queridos, o regalarles pequeños cráneos de azúcar con su nombre es parte de la tradición que sigue viva.
!Calaberas y chocolate!, ¿porqué no se me ocurrió antes?
La importancia de las festividades y la necesidad de todo grupo social tiene de mantener la identidad, la cual, está constituida por una serie de códigos además de ser una necesidad de todos los grupos por distinguirse de las demás sociedades y sentirse únicos.
Unas curiosidades:
Sinónimos de muerte en Méjico: calaca, huesuda, dentona, la flaca, la parca.
Una calaverita:
En este mundo matraca
de morir nadie escapa
muere el buey, muere la vaca,
y hasta la mujer más guapa tiene que estirar la pata.
Viene la muerte luciendo
mil llamativos colores
ven, dame un beso, pelona
que ando huérfano de amores.
Se va la muerte cantando
por entre la nopalera
¿En que quedamos, pelona,
me llevas o no e llevas?...
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